jueves, 25 de febrero de 2021

DE CHIPUDE A LA DAMA.

 

DE CHIPUDE A LA DAMA.

La Gomera – Islas Canarias.

Jueves, 28 de enero de 2021.

¿Te has preguntado alguna vez por dónde subía la gente de La Dama a Chipude antes de existir la carretera?

Por mucho que hayas ido en coche no habrás visto casi ningún camino, a pesar de que pasa muy cerca de la carretera CV-17, unas once veces, aproximadamente, esto me motivó para quererlo buscar.

Esta ruta la hice en dos etapas, pero se puede hacer de una sola vez.

Nos situamos en la plaza de Chipude.

Chipude pertenece al municipio de Vallehermoso y está casi en el centro de la isla. Es uno de los lugares donde mejor se ha mantenido las tradiciones y la cultura popular gomera, donde el folklore se mantiene de una forma más pura y donde se siguen haciendo chácaras y tambores, a la vez que nunca olvidó el lenguaje silbado, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2009.

La Iglesia de Nuestra Señora de Candelaria data del siglo XVII siendo una de las más importantes de la isla, donde se reúne una gran cantidad de gente el día de su fiesta, el 15 de agosto.

Iglesia de Nuestra Señora de Candelaria.

Empezamos la caminata, junto a la Iglesia y mirando la carretera CV-18, hacia la derecha. A los pocos metros, caminando por asfalto, encontramos la casa señorial de los Salazar, ya en ruinas, seguimos hasta la primera casa de dos plantas en cuyo lateral izquierdo asciende un sendero bastante ancho y conservado, parte de la GR131, por el que subimos.



A los pocos metros cruzamos la carretera CV-17, que va desde Paredes hasta La Dama, y continuamos de frente y a la izquierda de una parada de guaguas, bajando hasta llegar otra vez a la misma carretera, desde aquí la panorámica de La Fortaleza es espectacular, la cual nos va a acompañar durante todo el recorrido.

La Fortaleza.

La Fortaleza, llamada también Argodey, es una formación de origen volcánico cuyo cono ha sido desmantelado por la erosión quedando al descubierto la chimenea, un domo aplanado en forma de meseta, con laderas abruptas, de 300 metros de diámetro aproximadamente y 1.243 metros de altura sobre el nivel del mar, aunque su parte visible no supera los 200 metros, por nuestra ruta.  

La Fortaleza fue considerada por los aborígenes una montaña sagrada donde hacían sus ritos en las aras de sacrificio encontradas en la misma, y enterraban a sus muertos en las cuevas de sus escarpadas paredes, por todo ello es la zona arqueológica más importante de La Gomera.

Las aras de sacrificio son construcciones de piedra en cuyo interior quemaban las ofrendas de animales a los dioses.

Fue declarada Monumento Natural Protegido en 1.994, Zona Especial de Conservación y Bien de Interés Cultural.

Continuamos con la ruta:

Al llegar a la carretera caminamos unos pocos metros por la misma y subimos un sendero que se dirige a una bella casa antigua, muy bien conservada.



Después de la casa el camino desciende hasta una pista asfaltada que debemos tomar hacia la izquierda, subiendo, entre las casas de Los Apartaderos.

Subimos a la izquierda.

Desemboca en la carretera de La Dama y caminamos por ella hasta el Restaurante Los Camioneros. Deberíamos seguir por el camino que está frente al restaurante y que está muy bien señalizado que nos llevaría a Pavón, pero como están arreglando la pista que sube hacia La Fortaleza, entonces nos vamos a desviar de la ruta verdadera, la GR-131, y seguir por la carretera hasta llegar a un cartel provisional que nos indica subir hasta las casas de Pavón.

Una vez en el sendero lo seguimos por la izquierda hasta que llegamos a un cruce: de frente se sigue hasta la Cruz de María hacia Igualero, y a la derecha sube a La Fortaleza y continúa hasta La Dehesa, que es el que debemos seguir.

Pavón y Los Apartaderos.


El camino bordea las paredes de La Fortaleza y llega a un cruce de camino donde unas marcas nos indica que sigamos a la izquierda. Pero si tomamos el de la derecha también va a llegar al mismo lugar, La Dehesa.

La Dehesa.


Una vez que volvemos a encontrarnos con la carretera de La Dama, debemos cruzarla y seguir por el sendero que está casi enfrente y que sólo tiene el poste típico de las señales.

Cruce con la carretera de La Dama en La Dehesa.


A partir de aquí no hay señalización, por lo que voy a tratar de describir el camino lo más detallado posible.



El camino está bastante visible y continuamos por él disfrutando de los almendros en flor.

A los pocos metros atravesamos una pista asfaltada vecinal, y seguimos adelante sin fijarnos en los senderitos de la derecha, es decir, seguimos el más ancho hacia la izquierda.



Bajamos en zigzag hasta la carretera y como el camino es bastante ancho y visible, no hay problema de encontrarlo al atravesarla, además está justo enfrente, en una curva y la cañada de Quines, junto a un gran almendro.

Camino justo enfrente.



Seguimos bajando, disfrutando del verdor del paisaje y llegamos a un terraplén pegado a la carretera que tiene, por ahora, una cadena para que no estacionen el coche en él, debido a que hay unas colmenas en explotación, pero están retiradas del camino.

Terraplén.

¡Se acabó lo bueno! ¿Dónde está el camino?

A partir de aquí y durante un buen trecho no se ve el sendero, porque no lo transitan y las hierbas impiden verlo.

La entrada está enfrente de la cadena, a la derecha de una pequeña pista de tierra y tiene un montículo de piedras, bajamos por ahí.

Entrada del camino casi perdido.

Al poco rato el sendero pasa sobre unas rocas que nos hace dudar si bajar por ellas o buscar el camino por otro lado. ¡Hay que bajar por las rocas!

Risquetes por los que hay que bajar.

Y continuamos bajando hasta llegar a la cañada Degollada del Horno, la cual vamos a seguir bordeando sin cruzarla.

Sendero por la derecha de la cañada.

El sendero sube sólo un poco.

No olvidéis mirar hacia detrás, pues una foto de La Fortaleza desde aquí no se puede obtener desde el coche.

La Fortaleza.

Disfrutamos de la sensación de parecer los únicos en este lugar, sin embargo, ¿cuánta gente pasaría por aquí en el pasado?

Seguimos caminando hasta ver la carretera y el final del sendero, ahora es el momento de cruzar la cañada, justo donde sube el camino hacia la ermita de Don José Gregorio Hernández, aprobada su beatificación el 19 de junio de 2020, debemos atravesar la cañada, y ya sí se ve el camino claramente.

Llegando a donde hay que cruzar.

Cruzando la cañada.

No me he olvidado de la vegetación, pero mis fotos no son nítidas, por lo menos diré el nombre de alguna planta que me he encontrado hasta ahora: jaras (Cistus monspeliensis), rasposas o tasaigos (Rubia fruticosa), maravillas (Calendula arvencis), orijamas (Neochamaelea pulverulenta), lavanda o mato risco (Lavandula canariensis) …

Sendero a la izquierda de la cañada.


Llegamos a la carretera y seguimos un poco por ella. Desde aquí, si miras hacia detrás junto a un acebuche (Olea europaea) se ve el barrio de Erquito. Dejamos un pequeño terraplén donde hay una cancela de una majada de cabras junto a la carretera, seguimos unos metros más hasta la entrada del sendero bien arreglado que está a la izquierda y subimos por él.

Retomando el sendero.

Me llamó la atención una población de bejeques (Aeonium canariense) junto al sendero, estaban preciosos.

Bejeque (Aeonium canariense)

El camino transcurre al borde del Barranco de Erque, que luego se llamará Barranco de La Rajita, pasando por un recodo de la carretera junto a una tanquilla. La lomada que está a la izquierda de nuestra ruta es la de Arguayoda.

Seguimos adelante, y volvimos a llegar a otro recodo de la carretera, donde encontramos la primera señal de sendero desde La Dehesa, junto a una pequeña pista de tierra bordeada por dos paredones de piedra, que da a un caserío con la mayoría de las casas abandonadas y unas pocas rehabilitadas, creo que pertenecen a Tapugache, un barrio que está más abajo.

Señal junto a la pista de Tapugache.

Caserío.

Al terminar el poblado hay un pequeño desvío hacia la derecha que da a otro recodo de la carretera. En este punto coincidimos con la caminata descrita en la entrada “Caserío de SantaCatalina” del día 28-01-2020, por lo que haré sólo un pequeño resumen.

Llegamos a unas casas habitadas junto a la carretera en Tapugache, seguimos por ella unos metros y volvimos a subir por un sendero a la izquierda.


Continuamos y pasamos por debajo de un recodo de la carretera y por otro enfrente del taller de empaquetado de plátanos de la Finca de La Dama. Continuamos hasta llegar a un recodo donde el camino se convierte en una calle asfaltada que recibe diversos nombres y el último es Calle La Orilla que llega cerca de la Iglesia de Nuestra Señora de Las Nieves, de la parada de guaguas y el único restaurante que tiene La Dama.

Llegando a La Dama.

Un dato curioso es que el nombre de La Dama no siempre fue así:

Su nombre original fue La Mérica de Chupa, en 1.698 según consta en los archivos de testamentos en la Parroquia de Nuestra Señora de Candelaria (Chipude) y La Lomada de Chupa, en 1.723.

Ocurrió que en 1.913 empezó el regadío con aguas de Erque y Erquito en La Finca de La Dama, propiedad de Don Leoncio Bento y Don Ángel Carrillo, tras comprarla a 108 propietarios, de ahí viene el nombre de La Dama.

Tras este curioso dato termino la descripción de la ruta invitándote a leer el enlace que he puesto en la Bibliografía sobre La Dama y también la última parte de la entrada “Caserío de Santa Catalina” porque lo considero un complemento.

¡Ah! El camino de Chipude a La Dama tiene de 8 a 9 kilómetros, aproximadamente.

CONSEJOS:

Recuerda que la guagua sale de La Dama a las 13:30 horas, mira el horario por si hay cambios.

No olvides los bastones, porque todo es en bajada.

BIBLIOGRAFÍA:

Panel informativo situado en la Plaza de Chipude y en la falda de La Fortaleza.

https://www.gomeranoticias.com/2020/05/09/la-lomada-de-la-dama-una-historia-vinculada-a-la-exportacion/

 

https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Gregorio_Hern%C3%A1ndez


viernes, 19 de febrero de 2021

LAS CUEVAS DE LA VIZCAÍNA.

 

LAS CUEVAS DE LA VIZCAÍNA.

La Gomera – Islas Canarias.

Jueves, 21 de enero de 2021.

Mi querido lector o lectora, cuando voy a hacer una ruta tengo que estar motivada de antemano porque de lo contrario cualquier contratiempo me echa abajo mis planes, como casi ocurrió en esta caminata.

Buscando yo algo con lo que sorprender a mis amigos, vino a mi mente unas cuevas viviendas que hace muchos años visité guiada por personas que conocían el lugar, incluyendo su nombre, pues no aparece en los mapas.

Se trata de Las Cuevas de La Vizcaína, situadas en la falda de la Montaña de Tagaragunche o del Calvario, por la parte que mira hacia el mar, es decir, al sur, en el municipio de Alajeró.

De entrada, tengo que decir que no hay señalización alguna, por lo que voy a insertar fotos del sendero para que te puedas guiar, y describirlo lo más detallado posible.

Nos situamos cerca de la Plaza de la Iglesia de El Salvador en Alajeró, junto al Ayuntamiento, donde hay unos aparcamientos, un parque y un kiosco.

De aquí partimos también en nuestra ruta anterior de “Las Casas de la Negra” entrada del 23-01-2021.

Podemos dar una vuelta a la Iglesia, que data del siglo XVI, construida en piedra, cuyo pórtico es una auténtica joya del estilo renacentista.

Iglesia de El Salvador.

Con la misma, bajamos por la calle Fagundo, que es la carretera principal del casco de Alajeró, y a los pocos metros llegamos a una intersección, seguimos a la izquierda, unos pocos metros, y tomamos la primera bajada a la derecha, que va a dar justo al Hotel El Paso, ahora cerrado.

Continuamos caminando hasta tener enfrente la Montaña de Tagaragunche, en cuya cima está la Ermita de San Isidro. Aquí hay dos opciones dejar la carretera y bajar por la derecha de la montaña o seguir por la carretera y bajar por la izquierda de la montaña.

Montaña de Tagaragunche o El Calvario.

Nuestra ruta de hoy es la segunda opción, así que, seguimos por la carretera hasta encontrarnos el camino bien ancho que está a la derecha. No está señalizado y, por lo tanto, nos podríamos pasar de largo.

Recomiendo estar atentos a dos paredoncitos de piedra que nos muestra los lados del camino. Una vez en él ya no hay pérdida.

Entrada del camino.

El camino transcurre entre huertas, ya abandonadas, y la vegetación propia de esta zona de la Isla, tabaibas, verodes, rasposas, como las llamo yo, o tasaigos (Rubia fruticosa), jaras, tajinastes blancos (Echium aculeatum), palmeras, tuneras y piteras.



Encontramos un ganado de cabras, lo que indica que todavía existe la actividad ganadera en la zona.

Empezamos a descender por el camino, que es bastante ancho y de lajas lisas, ¡cuidado no resbalar!, hasta que llegamos a una cañada donde se termina el empedrado y comienza a subir, cambiando el suelo a tosca roja.



Ya estamos en el lugar donde nuestros antepasados han aprovechado las cuevas naturales para hacer sus viviendas o para encerrar el ganado.

Subiendo por el sendero de tosca roja.


Me imagino que posteriormente fueron acondicionadas con más comodidades, según la época, como puede observarse en sus paredes de bloques de canto, el encalado, la teja marsellesa (nosotros le decimos teja inglesa, aunque no sea así) …

Cueva y casa en lo alto, al fondo.



Cueva vivienda.





Horno junto a vivienda.

Cuando terminamos de visitar casi todas las cuevas, nos dispusimos a continuar el camino, por donde yo había ido anteriormente.

Y… ¿Qué pasó?... ¡¡¡No había camino!!!

Te aconsejo que sigas esta otra ruta: Subir un camino que se ve bien claro, hasta una casa que está en lo alto y bordear la Montaña del Calvario, regresando al punto de partida.

Pero nosotros no hicimos eso. Todos queríamos encontrar el camino.

Así que nos pusimos a buscar con lo único que sabíamos: era por la cañada.

Como entre mis amigos hay varios buenos rastreadores de senderos perdidos, nos aventuramos a atravesar la cañada, justo donde empieza el sendero a las cuevas. Te aseguro que, al principio, sólo iban siguiendo su intuición, yo, detrás, pensaba - ¿dónde los he metido?

Rastreando el camino.

Recordaba perfectamente que en ningún momento se perdía el sendero, que un derrumbe caía sobre de él, que terminaba en unas huertas y una escalera muy bien hecha de tosca roja.

Caminamos campo a través hacia la izquierda, bajando ligeramente. No se puede subir porque la altura a salvar sería mayor.

¡Por fin encontraron el camino! 

Bajando a la cañada.


Seguimos bajando.

Estaba muy deteriorado, pero se veía claro, bajando hacia una nueva cañada donde estaba el derrumbe que recordaba, cruzamos dicha cañada y seguimos el sendero ahora de tosca roja.

Al cruzar la cañada.



Viendo la  pista del Revolcadero.

Las dos cañadas que nos acabábamos de encontrar vierten sus aguas en el Barranco de Ereses, un profundo barranco con una playa en su desembocadura, y que separa la Loma del Revolcadero con la Loma de Juan Barbas.

Ya en el último tramo, encontramos las huertas y seguimos por la derecha buscando la escalera, que daba a la pista que viene del Revolcadero, conocida como la pista de Don Álvaro, porque fue la compañía de Don Álvaro Rodríguez López y Hermanos quien la construyó para dar salida a los tomates que se cultivaban en las fincas de esta zona, y que comunica también con la lomada donde está el aeródromo que hicieron en Las Petroleras, justo encima de la Punta del Becerro, que es la parte más al sur de La Gomera.

Efectivamente, había una escalera de cantos rojos, por la que llegamos a la pista y seguimos hacia la izquierda. Estaba llena de hierba… una maravilla… La Gomera toda …después de estas lluvias.

Bajando la escalera.


Escalera y pista.




Continuamos hasta encontrar un nicho con la Virgen del Carmen y el Ángel de la Guarda, antiguamente se hacía fiesta aquí.

Dejamos la vertiente del Barranco de Ereses y pasamos a la lomada llamada Juan Barba, que es donde antiguamente estaba el vertedero de basura, ya rehabilitado.

Barranco de Ereses.

Terminamos nuestra ruta en el antiguo taller de empaquetado de tomates “La Roseta”, después de haber caminado 6 kilómetros aproximadamente.

Al terminar la pista hay una parada de guaguas, por donde pasa la Línea 3.

Vosotros si queréis podéis seguir hasta el aeropuerto, Playa de Santiago o bien subir a Alajeró, según vuestras fuerzas.

Espero que cuando volvamos a hacer la ruta esté el camino más visible.

Salvo el trozo de camino perdido, la excursión estuvo genial y a todos nos gustó, a unos porque no conocían este rincón y a otros porque es agradable volver a este lugar tan entrañable que nos habla de la historia de su gente.

CONSEJO:

No cojáis nada de las cuevas -viviendas visitadas.

No abráis puertas para dejarlas abiertas.

¡Respetemos el lugar!

BIBLIOGRAFÍA:

http://www.ayuntamientoalajero.es/index.php/el-municipio/alajero/90-el-municipio/alajero

 https://www.autopromotores.com/tipos-de-tejas/

 https://endemicascanarias.com/index.php/es/allcategories-es-es/46-endemicas-compartidas/h-p-g-t/624-echium-aculeatum

 https://www.atlasruraldegrancanaria.com/fichas_int.php?n=352

 https://www.eldiario.es/canariasahora/lagomeraahora/cultura/alvaro-rodriguez-lopez-canarias-xx_1_4827211.html