DEL ROQUE DE
AGANDO A CHEJELIPES.
Lunes, 5 de marzo
de 2018.
Esta ruta la hemos hecho muchas veces, pero hoy es especial para mí
porque llevo mucho tiempo sin caminar, así que, con mucha ilusión,
Pedro y yo dejamos nuestra casa y nos dirigimos en coche hasta Los
Roques.
En una curva, antes de llegar a nuestro destino, se encuentra un
mirador donde se aprecia un majestuoso paisaje con cuatro pitones
volcánicos fonolíticos, que nosotros llamamos roques y que no deja
indiferente al visitante.
Seguimos adelante y el primero es el Roque de la Zarcita,
le sigue el Roque Carmona y más abajo el Roque
Ojila, que nos irán acompañando hasta llegar a Casa
Manco.
Roques de la Zarcita, Carmona y Ojila. |
Pero el más alto es el Roque de Agando, llegando a superar
los 1000 metros, se encuentra pegado a la carretera principal que
atraviesa el Parque Nacional de Garajonay, la GM 2.
Roque de Agando. |
Enfrente del mismo dejamos el coche, en un pequeño mirador. De esta zona parte un sendero a Benchijigua, junto al monumento a las 20 personas fallecidas en el incendio que ocurrió el 11 de septiembre de 1984. En ese suceso, muchos voluntarios fueron a ayudar lo que ocasionó que la tragedia fuera mayor, entre ellos se encontraba el Gobernador Civil de la provincia de Tenerife. También acudió el presidente del Cabildo de La Gomera, que resultó gravemente herido.
En agosto de 2012, hubo otro gran incendio, mayor que el anterior,
pero, gracias a Dios, sin víctimas humanas, donde se quemó 4.123
hectáreas, llegando hasta Valle Gran Rey, suponiendo un 11% del
territorio insular.
El fuego ha sido y seguirá siendo el gran enemigo del monte verde,
por lo tanto tenemos que extremar la precaución sobre el mismo.
Tras el primer incendio, se creyó que el tajinaste azul (Echium
Acanthocarpum) iba a desaparecer, pero no fue así, pues resurgió
con gran fuerza y belleza, siendo la zona donde más ejemplares hay
en toda la isla. En esta fecha la inflorescencia está todavía en
espiga, sin abrir las florecillas azules y, repito de nuevo, de una
gran belleza.
Tajinaste azul. |
El objetivo de esta caminata, aparte del placer que supone hacer
senderismo, es presenciar un paisaje verde, tras la lluvia, y las
presas llenas de agua, cosa que no ocurre todos los años y es motivo
de alegría para todos los agricultores y los que apreciamos la
naturaleza.
Empezamos a caminar a las 10:30 por un sendero paralelo a la
carretera GM2, dejando a la derecha el Roque de Agando.
Bajamos a la izquierda por la ruta 13 del Parque, que llega a Casa
Manco, hay un cartel que lo indica. Desde aquí seguimos visualizando
Los Roques y el Teide, que todavía tiene nieve.
Llegamos a Casa Manco, ya descombrada y totalmente en ruinas.
Cuando pasé por primera vez por aquí, la casa estaba bastante bien,
conservando algunos muebles y enseres. La rosala todavía está viva
pero no tenía ninguna rosa.
Casa Manco. |
Tras tomar un tentempié seguimos adelante, sendero abajo acompañados
por el agradable sonido de un chorro de agua que transcurre entre el
pinar. Pasamos por cuatro rústicos puente y divisamos el caserío de
La Laja.
Caserío de La Laja. |
Dejamos atrás el núcleo principal de casas. Llegamos a un cruce que da a la derecha a ese caserío y a la izquierda sigue por el lado derecho del barranco de La Laja, hasta otro cruce que indica a la derecha la subida a la Degollada de Peraza y a la izquierda hacia abajo, es para cruzar el barranco y llegar a la carretera asfaltada de La Laja.
Cruzamos el barranco, pasando por casas rehabilitadas y destinadas a
turismo rural. Al borde del cause del barranco hay un molino de agua
que está siendo restaurado por el Ayuntamiento de San Sebastián.
Esto es un indicio de lo que supuso el molino de gofio en la
economía de los años de la posguerra, incluso hasta los años 60,
llegando a existir hasta 7 molinos sólo en el barranco de La Laja.
Es bueno tenerlo presente como parte de nuestra cultura.
Molino de agua. |
Seguimos bajando por la carretera asfaltada observando como el valle fue en otra época eminentemente agricultor, estando abandonados los bancales, en la actualidad, como ocurre en el resto de la isla.
Llegamos a la primera presa llena a rebosar, se trata de la presa de
Palacios y pegada a la misma está la de Izcagüe.
Presa de Palacios. |
Presa de Izcagüe. |
A la izquierda de la carretera hay un corral de cabras y ya estamos llegando a Chejelipes. Este caserío está formado por casas rehabilitadas y de nueva construcción, con huertas de árboles frutales como el aguacate. Su presa es la mayor de las tres, con 682.700 metros cúbicos, y también estaba llena y rebosando.
Reboso de la presa de Izcagüe sobre la de Chejelipes. |
Presa de Chejelipes. |
A partir de Chejelipes, el valle se vuelve más abierto y casi toda
la agricultura se basa en el cultivo de aguacates, mangos y naranjos,
que en esta época del año están florecidos. Por ahora está
asegurado su riego.
Seguimos adelante y enfrente de la desembocadura de la presa de
Chejelipes se encuentra la ermita de San Juan.
Ermita de San Juan. |
La guagua de La Laja sale de arriba, a las 13:30 y la perdimos porque
no habíamos llegado a Chejelipes que era nuestro objetivo, así que
os recomiendo empezar a caminar media hora antes.
A partir de aquí la carretera está en muy buen estado, lo que es
peor para nuestros pies. Llegamos a Lomito Fragoso donde hay
una presa que recoge el agua del barranco de Aguajilva y el reboso de
Chejelipes, se llama Charco Tapado, y realmente lo parece.
Seguimos adelante observando la riqueza en frutales de la zona hasta
El Atajo, cuando terminó el barrio llamamos a un taxi porque
hacía mucho calor y ya habíamos conseguido nuestro objetivo.
Eran las 14:30, por lo tanto estuvimos cuatro horas caminando, pero
seguro que tú lo puedes hacer en tres horas. El recorrido es aproximadamente 10
kilómetros y si llegas a San Sebastián es de 14,5 kilómetros.
Se terminó nuestra ruta pero no la excursión.
Barranco de la Villa. |
Recuerden mirar los horarios de las guaguas antes de salir a caminar,
la de Valle Gran Rey sale a las 15:30, así que puedes optar por ella
o por taxi hasta Los Roques.
CONSEJO: SI VAS A CAMINAR, NO OLVIDES EL HORARIO DE LAS GUAGUAS.
Me alegro mucho que hayas vuelto a publicar estos bonitos relatos, ya los estaba echando mucho de menos. Ánimo y a seguir publicando.
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