miércoles, 13 de octubre de 2021

DOS CIRCULARES: LAS CRECES Y CAÑADA DE JORGE.

 

DOS CIRCULARES: LAS CRECES Y CAÑADA DE JORGE.

La Gomera – Islas Canarias.

Miércoles, 6 de octubre de 2021.

Lo que más sorprende al visitante en la isla de La Gomera es la magia del Parque Nacional de Garajonay, un bosque de laurisilva de una gran belleza. Si te interesa conocer algo sobre el Parque, tengo un pequeño resumen al final de la entrada “Circular Meriga LosAceviños” del día 23 de mayo de 2018.

Pues bien…hoy vamos a caminar por el Parque Nacional de Garajonay, haciendo tres de sus 18 rutas, la ruta 5, 12 y 10: dos circulares de cuatro kilómetros cada una, aproximadamente, y una pequeña para enlazarlas. Situadas al borde de la carretera dorsal GM-2, son, por tanto, de fácil acceso, pudiéndose empezar por varios puntos: Las Creces, Raso de la Bruma, Cañada de Jorge o Las Hayas.

No importa que haga calor porque caminaremos a la sombra de los árboles, siendo algunos tramos de los más húmedos del Parque.

Nosotros optamos por empezar en la entrada a Las Creces, ruta 5, donde hay unos aparcamientos y enfrente una parada de guaguas con marquesina.

Entrada a Las Creces.

Mapa de la circular de Las Creces.

Esta ruta es, tal vez, la más visitada por su comodidad, distancia y apta para todas las edades. Aquí, los maestros suelen traer a los escolares más pequeños y los guías del Parque explican todo lo relacionado a la laurisilva, lluvia horizontal, usos del monte… tratándose de un auténtico jardín botánico natural, para el aprendizaje.

Las Creces, conocida también como Jardín de las Creces o antiguamente como Cañada del Jardín, posee una muestra de monte de fayal brezal bastante conservado y ejemplares muy antiguos, como lo demuestra el grosor de las hayas (Morella o Myrica faya), brezos (Erica arborea) y laureles (Laurus novocanariensis), pero estos más jóvenes.

Un dato curioso es que los frutos de las hayas (Myrica faya) se conocen con el nombre de creces y son comestibles. Es probable que el nombre de la zona se refiera a ello y que el de Jardín sea porque en primavera los claros del monte se llenan de geranios de monte (Geranium canariensis) formando un tapiz violeta de gran encanto.

Caminamos por una pista de tierra, unos 700 metros, por la que no se puede circular con bicicleta, hasta llegar a un terraplén convertido en área recreativa, donde hay carteles informativos.

Siguiendo los carteles no hay pérdida, pero puedes optar por hacerlo al revés, es decir seguir por la pista… Nosotros seguimos por el sendero que está a la derecha disfrutando de este maravilloso bosque, observándolo todo como si fuera la primera vez.

Zona recreativa de Las Creces.

En este primer tramo del sendero se encuentra un vestigio etnográfico bien visible, se trata de una canalización muy antigua que servía para recoger el agua procedente de un pequeño naciente y llevarla a las poblaciones próximas, lo que pone de manifiesto uno de los usos del Parque: el aprovechamiento del agua, un bien tan escaso y que el monte, con su lluvia horizontal, se encarga de proveer.

Antigua acequia.

En nuestro recorrido nos encontramos una palmera datilera (Phoenix dactylifera) que no es propia del lugar, por lo que yo recomiendo no tirar ninguna semilla en las zonas de bosque porque, con la humedad, es seguro que proliferan y debemos conservarlo tal como es.

Seguimos hasta llegar a un cruce de caminos, de frente se va a Arure y a la izquierda continuamos nuestra ruta. Ahora ascendemos entre helechos, llegamos a una escalera de troncos y al poco rato estamos en la pista de tierra que dejamos en la zona recreativa.

Cruce de caminos.

Cruzamos la carretera y avanzamos por el sendero que nos indica “Las Hayas” a 700 metros. Y, aunque no esté en la ruta 5 del Parque, hemos decidido ir porque nos parece interesante.

Ahora la vegetación cambia a un fayal brezal de cumbre, donde el árbol que predomina es el brezo (Erica arborea) de un porte más pequeño que los que hemos visto hasta aquí, no obstante, hacen justicia a su nombre “arboreo”.

Fayal brezal, yendo a Las Hayas.

Y ahora sí que, drásticamente, el bosque ha desaparecido encontrándonos en una vaguada en la que está enclavado el barrio de las Hayas.

Dicho barrio pertenece al municipio de Valle Gran Rey al igual que todo nuestro recorrido, excepto Los Risquillos de Corgo que pertenecen a Vallehermoso.

Lo primero que nos encontramos es la ermita de Nuestra Señora de Coromoto cuya festividad es el primer fin de semana de septiembre.

Ermita de Nuestra Señora de Coromoto.

A una altitud de 1000 metros, las casas tradicionales, los cultivos y el palmeral están envueltos por la bruma del monte casi todo el año, por lo que sus 131 habitantes deben adaptarse a este clima.

Casi todas las viviendas están en torno a la carretera Arure Las Hayas, donde se encuentran los dos únicos restaurantes de la zona, y la CV-18 que viene de La Dorsal y termina en Chipude.

Puedes decidir dar una vuelta por el barrio o regresar sobre tus pasos un par de metros. Desde aquí hasta Los Risquillos de Corgo se solapa el Camino Natural Cumbres de La Gomera GR 131.

Nosotros dejamos la GR 131, para no repetir camino, y tomamos la izquierda por un sendero vecinal hasta llegar a la pista que viene del principio de la ruta y continuar por ella, pero lo señalizado es continuar por el sendero que hemos venido hasta la pista de tierra y luego seguir a la derecha.

Sendero vecinal y GR-131.

Pista hacia Las Creces.

Llegamos a la zona recreativa y nos apeteció tomar un tentempié, pero si quieres puedes dejarlo para El Raso de la Bruma.

Continuamos por la pista hasta llegar al punto de salida, en los aparcamientos, ahora debemos cruzar la carretera principal GM-2 e ir a la marquesina ¡Cuidado al hacerlo!

Carretera Dorsal GM-2 y marquesina.

Seguimos hacia la izquierda por un sendero pegadito a la carretera detrás de la valla, hasta la entrada de dos senderos: de frente se va a Vallehermoso por Los Risquillos de Corgo y a izquierda a El Raso de la Bruma.

En realidad, es una pequeña circular, ruta 12, que nosotros terminaremos al regresar.

 

Mapa de Los Risquillos de Corgo.

De momento seguimos de frente por donde dice Vallehermoso 5,8 kilómetros y nos vamos a encontrar un paisaje nuevo, totalmente húmedo donde los musgos abrazan los troncos de los árboles haciendo de ello un verdadero espectáculo. Se trata de Los Risquillos de Corgo.

La dificultad del sendero consiste en que debes llevar calzado adecuado y bastones porque es húmedo y transcurre sobre unos riscos que apenas da vértigo por la vegetación, pero que se ganó el nombre de Risquillos del Valle como era conocido antiguamente.

Y llegamos a la intersección con el sendero que sube a la derecha, que va a El Raso de la Bruma. Aquí dejamos el GR-131, que baja a Vallehermoso.

Si te interesa hacer la ruta a Vallehermoso puedes leer la entrada a mi blog titulada “De LosRisquillos de Corgo a Vallehermoso” del día 15 de abril de 2018.

Empezamos a subir y … ¡OH SORPRESA! … La maravilla es todavía mayor…

Helechos y musgos como barbas de los árboles que cuelgan más de medio metro. Con bruma se ve impresionante y MÁGICO.

Mágico.

Todo esto es debido a que estamos cruzando una zona de crestería orientada en la cara norte, que recibe la brisa casi continua, dejando una gran humedad en este bosque de laurisilva.

Brisa, helechos y musgos.

No tengas prisa pues es corto el camino y muchas fotos que sacar…

Junto a los helechos también hay una planta, que te puedes estar preguntando cuál es su nombre… se trata del alamillo de monte (Pericallis appendiculata), propia de las zonas más húmedas de la laurisilva. Para distinguirla mírale el envés de las hojas, es blanquecino aterciopelado.

Alamillo de monte (Pericallis appendiculata)

Llegamos a la cima y nos encontramos a la izquierda un sendero, que es por donde vamos a regresar, por ahora, lo ignoramos y seguimos adelante hasta llegar a una zona recreativa junto a la carretera principal, este es El Raso de la Bruma.

Raso de la Bruma.

Debemos cruzar la carretera con mucho cuidado hasta el estacionamiento que está enfrente, donde hay carteles indicativos de la circular de La Cañada de Jorge, antiguamente llamada Las Tanquillas de Jorge.

Circular Cañada de Jorge.

La circular, ruta 10, la puedes hacer en los dos sentidos, decidimos ir a la izquierda porque empieza con bajada y luego la subida es suave.

Al principio, como la bruma pasa la carretera desbordándose hacia la vertiente sur, se encuentran árboles de laurisilva, pero después entramos en un fayal brezal como es habitual en esta vertiente del Parque donde la humedad es menor.

La bajada es pronunciada pero no es larga y pronto llegamos al fondo de la cañada con un terraplén donde confluyen dos cañadas. Se trata de la Cañada de Jorge, donde había unas tanquillas que abastecía de agua de riego y de consumo a la población más cercana, Arure. Actualmente hay una tubería de polietileno que sube por la cañada de la derecha.

La vegetación es propia de zonas húmedas pudiéndose plantar aquí dos ejemplares de saúcos (Sambucus nigra ssp. palmensis) para su recuperación, pues estuvo a punto de desaparecer en La Gomera, de hecho, está catalogado como una planta en peligro de extinción. En la actualidad están muy envejecidos, muy altos y con pocas hojas, pasando desapercibidos por aquellas personas que no lo conozcan.

Saúco (Sambucus nigra ssp. palmensis)

Seguimos por la pista de tierra que nos encontramos enfrente y a los pocos metros hay una bifurcación: por la izquierda se va para Arure y por la derecha se llega a la carretera dorsal que es nuestro objetivo.

Caminamos un kilómetro entre un fayal brezal bastante conservado, llegando a alcanzar unos quince metros de altura la mayoría de los ejemplares.

Pista de Cañada de Jorge hacia la Dorsal.

Casi al final de la pista hay un sendero a la derecha con un cartel indicativo, seguimos por él, paralelamente a la carretera dorsal GM-2 el cual presenta una vegetación más propia de fondo de valle que de una altura de unos 1000 metros a la que vamos. Los árboles que nos rodean son laureles, viñátigos, acebiños, hayas y brezos, sus troncos llenos de musgos y líquenes como testimonio de la humedad del lugar, nos sirven de “brújula” indicándonos claramente donde es el norte y el sur.

Yendo al Raso de la Bruma.

Llegamos de nuevo a El Raso de la Bruma, completando aquí la circular, ruta 10. Atravesamos la carretera principal, caminamos unos pocos metros por donde mismo habíamos pasado antes y nos encontramos otro sendero a la derecha, el cual habíamos ignorado cuando pasamos por aquí. Ahora es el que debemos tomar, es un sendero paralelo a la carretera, pero a distinto nivel, que completa la circular de la ruta 12 de Los Risquillos de Corgo. A la mitad del camino hay un mirador con su mismo nombre, que vale la pena ir pues desde él se aprecia una panorámica bastante amplia de Vallehermoso, en el que hay unos ejemplares de tejos (Erica scoparia). 

Mirador de Los Risquillos de Corgo.

Terminamos, de nuevo en la dorsal, vamos a la marquesina y de ahí al estacionamiento de Las Creces.

Y, en el punto de salida, termina nuestra ruta después de haber caminado 10 kilómetros, aproximadamente.

No cabe duda que caminar dentro del monte es un placer añadido.

 

GUAGUAS: La línea 1 y 4 pasan por esta ruta.

CONSEJO: Asegúrate del horario de las guaguas.

No lleves bicicleta a esta ruta.

¡Disfruta!

BIBLIOGRAFÍA:

Carteles informativos de la ruta.

Barrio de Las Hayas:

http://vallegranrey.es/turismo/barrios/

https://www.foro-ciudad.com/tenerife/las-hayas/habitantes.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Las_Hayas_(Valle_Gran_Rey)

Saúco (Sambucus nigra ssp. palmensis):

https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/wiki/index.php?title=Sa%C3%BAco_canario

Alamillo de monte (Pericallis appendiculata):

https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/wiki/index.php?title=Palomera

 

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