domingo, 5 de diciembre de 2021

RESERVA NATURAL INTEGRAL DE BENCHIJIGUA.

 

RESERVA NATURAL INTEGRAL DE BENCHIJIGUA.

La Gomera – Islas Canarias.

Domingo, 30 de noviembre de 2021.

Hoy vamos a caminar, un tramo, por La Reserva Natural Integral de Benchijigua, perteneciente, en su totalidad, al municipio de San Sebastián, la cual abarca la cabecera del barranco del mismo nombre hasta el canal de agua que recorre su cuenca y las escarpadas laderas laterales, que limitan con El Parque Nacional de Garajonay, el Paisaje Protegido de Orone y se solapa con El Monumento Natural de Los Roques, llegando, por la derecha, hasta Las vueltas de Juacluye, cerca de Las Toscas.

Ahora se denomina Reserva Natural Integral de Benchijigua.

Fue nombrada como tal en 1994, aunque desde 1987 ya era un espacio protegido, debido a su alto valor paisajístico y geológico, el gran número de endemismos y especies amenazadas.

Es bastante interesante leer el Plan Director de La Reserva, para ver las prohibiciones y saber qué no debemos hacer en un espacio protegido. Dejo enlace en la Bibliografía.

El sendero de nuestra ruta comienza justo al lado izquierdo del monumento a las 20 personas que perdieron la vida en el incendio de 1984, en la carretera general GM-2 frente a un pequeño estacionamiento.

Esta zona es muy sensible a los incendios debido a que está rodeada de vegetación degradada que es altamente combustible, unido a la orografía que dificulta su extinción, por ello no se libró del gran incendio del año 2012, donde afortunadamente no hubo que lamentar víctimas humanas.

Si quieres saber más detalles te recomiendo leer el principio de la entrada en este blog titulada “Del Roque de Agando a Chejelipes” del 20 de marzo de 2018.

El día de hoy está lluvioso y nublado, por lo que no pude obtener ninguna foto del Roque de Agando, cosa que no me preocupa porque ya tengo archivadas unas cuantas.

La lluvia no impidió que realizara una de las rutas más gratificantes que he hecho en mucho tiempo. Así que muy despacio para no resbalar empezamos el descenso, en principio bastante pendiente, suavizándose a medida que bajamos.

El sendero trascurre entre un pinar de pino canario, con pocos ejemplares, donde se ve el efecto del fuego y una vegetación de fayal brezal donde abunda los tagasastes y codesos. Además, te encuentras con el tajinaste azul, la salvia de monte, las beas, siemprevivas y brotando las margaritas, entre otras plantas.

Nuestro guardián, El Roque de Agando, escondido tras la niebla, nos muestra planos insólitos de sí mismo, lo cual nos fascinó, invitándonos a hacer fotos que en realidad no captaban la belleza y la magia del momento.

Roque de Agando.

Y llegamos al canal, fin del La Reserva Natural Integral de Banchijigua, por esta zona.

Camino y canal.

Te preguntarás quién hizo este canal y con qué fines. Voy a hacer un pequeño resumen:

A principios del siglo XX, el tinerfeño Álvaro Rodríguez López y el grupo noruego encabezado por la familia Olsen compraron tierras al sur de Playa Santiago, convirtiéndose en los mayores terratenientes de la Isla, pero esto conlleva buscar agua para tales extensiones, por eso en 1912 solicitan autorización para derivar las aguas públicas que corrían por el barranco de Santiago hacia la finca de Tecina, lo cual fue aprobado.

Lo primero que hicieron fue adquirir la finca de Benchijigua donde nacían las aguas y acto seguido ejecutar las obras necesarias, entre otras este canal, para llevar a cabo su objetivo.

Tras este pequeño repaso de la Historia seguimos nuestra caminata por el valle que va cambiando de vegetación, apreciándose ahora la mano del hombre en la presencia de palmeras, almendros, viñas, piteras y tuneras.

El sendero es arenoso por lo que facilita la marcha, ahora que está lloviendo y las vistas, con el contraste que proporciona la niebla, son preciosas. ¡Lástima no ser fotógrafa!

Lluvia y niebla.

Seguimos avanzando y aparecen las primeras casas de Benchijigua, cuatro de las cuales fueron rehabilitadas para turismo rural, pero que en la actualidad no tienen uso.

Casa rehabilitadas de Benchijigua.

Lo primero que se encuentra es la atarjea del “jerío” de un molino de agua, se trata del molino de Arriba que junto al molino de Abajo son los dos únicos molinos conocidos, si bien hay datos históricos de que hubo uno en 1571 desaparecido totalmente.

Canal del jerío del molino de Arriba.

De los dos molinos el primero en abandonarse fue el molino de Arriba, en la década de los 70, mientras que el molino de Abajo, que también sufrió la misma suerte durante muchos años, fue restaurado por un vecino de Benchijigua conocido como Perico, previa autorización de Don Álvaro, y estuvo moliendo en él hasta principio de la década de los 90.

Casa de Banchijigua.

Llegamos al caserío, que es bastante disperso, llamando la atención una edificación rectangular, la antigua escuela, en cuya puerta lateral tiene el letrero “Benchijigua”. Junto al camino hay un horno de pan cerca de un eucalipto y un pino, que nos sirvió para cobijarnos de la lluvia.

Antigua escuela y cruce con el camino a Imada.

Hasta aquí llega la pista de tierra CV-10 que viene de Las Toscas y de aquí parte otra hacia una casa aislada en la zona Los Castaños, dijéramos que lo más transitado finaliza en la ermita de San Juan frente a nosotros. Una particularidad de esta pista es que de ella parte la pista asfaltada del barrio de Lo del Gato y el motivo de no asfaltarla en su totalidad es por tratarse de una construcción privada y que pasa por La Reserva.

Ermita de San Juan.

Nos fijamos ahora en la Ermita de San Juan, que alberga a sus patronos San Juan Bautista y Santa Isabel, cuya festividad es el sábado más próximo al día 24 de junio, fiesta entrañable y familiar, donde los antiguos moradores del lugar se reencuentran y conviven como antaño.

En la nueva remodelación de la plaza desentonan los tubos para los toldos, a mí me gusta más sin ellos.

Detrás de la ermita existen unas cuevas que probablemente tuvieron uso pastoril y delante una gran era rectangular, testigo de las labores agrarias de la zona.

Cuevas, tal vez, de uso pastoril.

Era rectangular.

Regresamos sobre nuestros pasos y a la izquierda, entre los eucaliptos, se puede observar restos de un horno, que no sé cuál sería su uso si de pan o de tejas.

Clavado en el tronco de un pino está la señal que indica la dirección para ir a Imada y a la presa de Benchijigua, esa es una ruta para otra ocasión.

Seguimos adelante por la carretera y a los pocos metros a la derecha baja un sendero debidamente señalizado, el cual debemos tomar. Pasamos la cañada y en una piedra hay una señal que nos indica por dónde debemos seguir. El camino pasa frente a una de las cuatro casas restauradas y cruza otra cañada.

Entrada del sendero.

Caminando junto a las casas rehabilitadas.

Llegamos a la pista asfaltada que va al barrio de Lo del Gato y giramos a la izquierda subiendo hasta la curva donde sigue el sendero marcado por dos muritos de piedra.

Carretera de Lo del Gato y, enfrente, espejos de falla.

Es hora de pararse a observar las formaciones geológicas del terreno: En primer lugar, pasamos junto al gran pitón traqui-fonolítico Roque de Agando, al fondo y a la derecha está la montaña de Yerta aunque ahora no la podamos ver por la niebla, la Ermita está junto a un promontorio basáltico que es parte del dique circular de Benchijigua, un singular elemento geológico con forma de anillo ovalado, cortado unos metros por el riachuelo y por la parte sur del mismo, cerca de Lo del Gato. Las lajas de la taparucha que tenemos enfrente brillan con la lluvia como auténticos espejos, por algo las llaman espejos de falla.

Parte del dique circular de Benchijigua.

Seguimos la ruta y llegamos enfrente del barrio de Lo del Gato y al cruce con el camino que viene de dicho caserío, así que puede ser una variante el pasar por ahí.

Barrio de Lo del Gato.

Seguimos bajando por el lado izquierdo del barranco todo el rato, pasando por un tramo algo comprometido para personas con vértigo, porque, aunque es ancho, no tiene barandilla.

Camino sin barandilla.

Y llegamos al fondo del barranco, aquí no hay sendero, pero es fácil continuar porque nos dirigimos al molino que está a la derecha y luego volvemos de nuevo a la izquierda, al camino bien visible que asciende a Pastrana, pero antes debo mencionar que este molino, conocido como molino de los Vera, fue el último que estuvo moliendo de toda la Isla, concretamente hasta 1998.

Fondo del barranco.

Molino de los Vera.

En Pastrana ya hay carretera asfaltada hasta Playa Santiago, por lo que nos pareció conveniente terminar la caminata y bajar en coche.

Llegando a Pastrana.

Ermita de Pastrana.

La ruta fue corta, de unos 6,8 kilómetros aproximadamente, pero enriquecedora, gratificante y espectacular. La volvería a repetir en primavera.

CONSEJO: No tengas prisa…disfruta y ve con ilusión.

BIBLIOGRAFÍA:

Plan Director de la Reserva Natural Integral de Benchijigua:

http://www.idecanarias.es/resources/PLA_ENP_URB/LG/AD/G-01_Benchijigua/1015/TNP/pd_rni_benc_nu.pdf

 Canal de agua en Benchijigua, página 156:

http://repositori.uji.es/xmlui/bitstream/handle/10234/173198/2017%2c_74%2c_135-166.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Guía geológica, página 184:

http://www.igme.es/LibrosE/GuiasGeo/garajonay_sp/184/

Sobre los molinos de agua:

“MOLINOS DE AGUA EN LA GOMERA” por Francisco Aguilar Ferraz, editado por El Excmo. Cabildo Insular de La Gomera, en 2003

Páginas 254 y 258.

 Sobre las fiestas en Benchijigua:

https://www.gomeratoday.com/2014/06/20/benchijigua-celebra-sus-fiestas-en-honor-a-santa-isabel-y-san-juan/

 

miércoles, 13 de octubre de 2021

DOS CIRCULARES: LAS CRECES Y CAÑADA DE JORGE.

 

DOS CIRCULARES: LAS CRECES Y CAÑADA DE JORGE.

La Gomera – Islas Canarias.

Miércoles, 6 de octubre de 2021.

Lo que más sorprende al visitante en la isla de La Gomera es la magia del Parque Nacional de Garajonay, un bosque de laurisilva de una gran belleza. Si te interesa conocer algo sobre el Parque, tengo un pequeño resumen al final de la entrada “Circular Meriga LosAceviños” del día 23 de mayo de 2018.

Pues bien…hoy vamos a caminar por el Parque Nacional de Garajonay, haciendo tres de sus 18 rutas, la ruta 5, 12 y 10: dos circulares de cuatro kilómetros cada una, aproximadamente, y una pequeña para enlazarlas. Situadas al borde de la carretera dorsal GM-2, son, por tanto, de fácil acceso, pudiéndose empezar por varios puntos: Las Creces, Raso de la Bruma, Cañada de Jorge o Las Hayas.

No importa que haga calor porque caminaremos a la sombra de los árboles, siendo algunos tramos de los más húmedos del Parque.

Nosotros optamos por empezar en la entrada a Las Creces, ruta 5, donde hay unos aparcamientos y enfrente una parada de guaguas con marquesina.

Entrada a Las Creces.

Mapa de la circular de Las Creces.

Esta ruta es, tal vez, la más visitada por su comodidad, distancia y apta para todas las edades. Aquí, los maestros suelen traer a los escolares más pequeños y los guías del Parque explican todo lo relacionado a la laurisilva, lluvia horizontal, usos del monte… tratándose de un auténtico jardín botánico natural, para el aprendizaje.

Las Creces, conocida también como Jardín de las Creces o antiguamente como Cañada del Jardín, posee una muestra de monte de fayal brezal bastante conservado y ejemplares muy antiguos, como lo demuestra el grosor de las hayas (Morella o Myrica faya), brezos (Erica arborea) y laureles (Laurus novocanariensis), pero estos más jóvenes.

Un dato curioso es que los frutos de las hayas (Myrica faya) se conocen con el nombre de creces y son comestibles. Es probable que el nombre de la zona se refiera a ello y que el de Jardín sea porque en primavera los claros del monte se llenan de geranios de monte (Geranium canariensis) formando un tapiz violeta de gran encanto.

Caminamos por una pista de tierra, unos 700 metros, por la que no se puede circular con bicicleta, hasta llegar a un terraplén convertido en área recreativa, donde hay carteles informativos.

Siguiendo los carteles no hay pérdida, pero puedes optar por hacerlo al revés, es decir seguir por la pista… Nosotros seguimos por el sendero que está a la derecha disfrutando de este maravilloso bosque, observándolo todo como si fuera la primera vez.

Zona recreativa de Las Creces.

En este primer tramo del sendero se encuentra un vestigio etnográfico bien visible, se trata de una canalización muy antigua que servía para recoger el agua procedente de un pequeño naciente y llevarla a las poblaciones próximas, lo que pone de manifiesto uno de los usos del Parque: el aprovechamiento del agua, un bien tan escaso y que el monte, con su lluvia horizontal, se encarga de proveer.

Antigua acequia.

En nuestro recorrido nos encontramos una palmera datilera (Phoenix dactylifera) que no es propia del lugar, por lo que yo recomiendo no tirar ninguna semilla en las zonas de bosque porque, con la humedad, es seguro que proliferan y debemos conservarlo tal como es.

Seguimos hasta llegar a un cruce de caminos, de frente se va a Arure y a la izquierda continuamos nuestra ruta. Ahora ascendemos entre helechos, llegamos a una escalera de troncos y al poco rato estamos en la pista de tierra que dejamos en la zona recreativa.

Cruce de caminos.

Cruzamos la carretera y avanzamos por el sendero que nos indica “Las Hayas” a 700 metros. Y, aunque no esté en la ruta 5 del Parque, hemos decidido ir porque nos parece interesante.

Ahora la vegetación cambia a un fayal brezal de cumbre, donde el árbol que predomina es el brezo (Erica arborea) de un porte más pequeño que los que hemos visto hasta aquí, no obstante, hacen justicia a su nombre “arboreo”.

Fayal brezal, yendo a Las Hayas.

Y ahora sí que, drásticamente, el bosque ha desaparecido encontrándonos en una vaguada en la que está enclavado el barrio de las Hayas.

Dicho barrio pertenece al municipio de Valle Gran Rey al igual que todo nuestro recorrido, excepto Los Risquillos de Corgo que pertenecen a Vallehermoso.

Lo primero que nos encontramos es la ermita de Nuestra Señora de Coromoto cuya festividad es el primer fin de semana de septiembre.

Ermita de Nuestra Señora de Coromoto.

A una altitud de 1000 metros, las casas tradicionales, los cultivos y el palmeral están envueltos por la bruma del monte casi todo el año, por lo que sus 131 habitantes deben adaptarse a este clima.

Casi todas las viviendas están en torno a la carretera Arure Las Hayas, donde se encuentran los dos únicos restaurantes de la zona, y la CV-18 que viene de La Dorsal y termina en Chipude.

Puedes decidir dar una vuelta por el barrio o regresar sobre tus pasos un par de metros. Desde aquí hasta Los Risquillos de Corgo se solapa el Camino Natural Cumbres de La Gomera GR 131.

Nosotros dejamos la GR 131, para no repetir camino, y tomamos la izquierda por un sendero vecinal hasta llegar a la pista que viene del principio de la ruta y continuar por ella, pero lo señalizado es continuar por el sendero que hemos venido hasta la pista de tierra y luego seguir a la derecha.

Sendero vecinal y GR-131.

Pista hacia Las Creces.

Llegamos a la zona recreativa y nos apeteció tomar un tentempié, pero si quieres puedes dejarlo para El Raso de la Bruma.

Continuamos por la pista hasta llegar al punto de salida, en los aparcamientos, ahora debemos cruzar la carretera principal GM-2 e ir a la marquesina ¡Cuidado al hacerlo!

Carretera Dorsal GM-2 y marquesina.

Seguimos hacia la izquierda por un sendero pegadito a la carretera detrás de la valla, hasta la entrada de dos senderos: de frente se va a Vallehermoso por Los Risquillos de Corgo y a izquierda a El Raso de la Bruma.

En realidad, es una pequeña circular, ruta 12, que nosotros terminaremos al regresar.

 

Mapa de Los Risquillos de Corgo.

De momento seguimos de frente por donde dice Vallehermoso 5,8 kilómetros y nos vamos a encontrar un paisaje nuevo, totalmente húmedo donde los musgos abrazan los troncos de los árboles haciendo de ello un verdadero espectáculo. Se trata de Los Risquillos de Corgo.

La dificultad del sendero consiste en que debes llevar calzado adecuado y bastones porque es húmedo y transcurre sobre unos riscos que apenas da vértigo por la vegetación, pero que se ganó el nombre de Risquillos del Valle como era conocido antiguamente.

Y llegamos a la intersección con el sendero que sube a la derecha, que va a El Raso de la Bruma. Aquí dejamos el GR-131, que baja a Vallehermoso.

Si te interesa hacer la ruta a Vallehermoso puedes leer la entrada a mi blog titulada “De LosRisquillos de Corgo a Vallehermoso” del día 15 de abril de 2018.

Empezamos a subir y … ¡OH SORPRESA! … La maravilla es todavía mayor…

Helechos y musgos como barbas de los árboles que cuelgan más de medio metro. Con bruma se ve impresionante y MÁGICO.

Mágico.

Todo esto es debido a que estamos cruzando una zona de crestería orientada en la cara norte, que recibe la brisa casi continua, dejando una gran humedad en este bosque de laurisilva.

Brisa, helechos y musgos.

No tengas prisa pues es corto el camino y muchas fotos que sacar…

Junto a los helechos también hay una planta, que te puedes estar preguntando cuál es su nombre… se trata del alamillo de monte (Pericallis appendiculata), propia de las zonas más húmedas de la laurisilva. Para distinguirla mírale el envés de las hojas, es blanquecino aterciopelado.

Alamillo de monte (Pericallis appendiculata)

Llegamos a la cima y nos encontramos a la izquierda un sendero, que es por donde vamos a regresar, por ahora, lo ignoramos y seguimos adelante hasta llegar a una zona recreativa junto a la carretera principal, este es El Raso de la Bruma.

Raso de la Bruma.

Debemos cruzar la carretera con mucho cuidado hasta el estacionamiento que está enfrente, donde hay carteles indicativos de la circular de La Cañada de Jorge, antiguamente llamada Las Tanquillas de Jorge.

Circular Cañada de Jorge.

La circular, ruta 10, la puedes hacer en los dos sentidos, decidimos ir a la izquierda porque empieza con bajada y luego la subida es suave.

Al principio, como la bruma pasa la carretera desbordándose hacia la vertiente sur, se encuentran árboles de laurisilva, pero después entramos en un fayal brezal como es habitual en esta vertiente del Parque donde la humedad es menor.

La bajada es pronunciada pero no es larga y pronto llegamos al fondo de la cañada con un terraplén donde confluyen dos cañadas. Se trata de la Cañada de Jorge, donde había unas tanquillas que abastecía de agua de riego y de consumo a la población más cercana, Arure. Actualmente hay una tubería de polietileno que sube por la cañada de la derecha.

La vegetación es propia de zonas húmedas pudiéndose plantar aquí dos ejemplares de saúcos (Sambucus nigra ssp. palmensis) para su recuperación, pues estuvo a punto de desaparecer en La Gomera, de hecho, está catalogado como una planta en peligro de extinción. En la actualidad están muy envejecidos, muy altos y con pocas hojas, pasando desapercibidos por aquellas personas que no lo conozcan.

Saúco (Sambucus nigra ssp. palmensis)

Seguimos por la pista de tierra que nos encontramos enfrente y a los pocos metros hay una bifurcación: por la izquierda se va para Arure y por la derecha se llega a la carretera dorsal que es nuestro objetivo.

Caminamos un kilómetro entre un fayal brezal bastante conservado, llegando a alcanzar unos quince metros de altura la mayoría de los ejemplares.

Pista de Cañada de Jorge hacia la Dorsal.

Casi al final de la pista hay un sendero a la derecha con un cartel indicativo, seguimos por él, paralelamente a la carretera dorsal GM-2 el cual presenta una vegetación más propia de fondo de valle que de una altura de unos 1000 metros a la que vamos. Los árboles que nos rodean son laureles, viñátigos, acebiños, hayas y brezos, sus troncos llenos de musgos y líquenes como testimonio de la humedad del lugar, nos sirven de “brújula” indicándonos claramente donde es el norte y el sur.

Yendo al Raso de la Bruma.

Llegamos de nuevo a El Raso de la Bruma, completando aquí la circular, ruta 10. Atravesamos la carretera principal, caminamos unos pocos metros por donde mismo habíamos pasado antes y nos encontramos otro sendero a la derecha, el cual habíamos ignorado cuando pasamos por aquí. Ahora es el que debemos tomar, es un sendero paralelo a la carretera, pero a distinto nivel, que completa la circular de la ruta 12 de Los Risquillos de Corgo. A la mitad del camino hay un mirador con su mismo nombre, que vale la pena ir pues desde él se aprecia una panorámica bastante amplia de Vallehermoso, en el que hay unos ejemplares de tejos (Erica scoparia). 

Mirador de Los Risquillos de Corgo.

Terminamos, de nuevo en la dorsal, vamos a la marquesina y de ahí al estacionamiento de Las Creces.

Y, en el punto de salida, termina nuestra ruta después de haber caminado 10 kilómetros, aproximadamente.

No cabe duda que caminar dentro del monte es un placer añadido.

 

GUAGUAS: La línea 1 y 4 pasan por esta ruta.

CONSEJO: Asegúrate del horario de las guaguas.

No lleves bicicleta a esta ruta.

¡Disfruta!

BIBLIOGRAFÍA:

Carteles informativos de la ruta.

Barrio de Las Hayas:

http://vallegranrey.es/turismo/barrios/

https://www.foro-ciudad.com/tenerife/las-hayas/habitantes.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Las_Hayas_(Valle_Gran_Rey)

Saúco (Sambucus nigra ssp. palmensis):

https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/wiki/index.php?title=Sa%C3%BAco_canario

Alamillo de monte (Pericallis appendiculata):

https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/wiki/index.php?title=Palomera

 

sábado, 2 de octubre de 2021

DE LOS ACEVIÑOS A LA ERMITA DE SAN JUAN.

 

DE LOS ACEVIÑOS A LA ERMITA DE SAN JUAN.

La Gomera – Islas Canarias.

Martes, 28 de septiembre de 2021.

Querido lector o lectora, aunque mi blog lo haya creado en 2014, mi trayectoria como senderista empezó en 2001 de forma sistemática, sin contar que desde siempre me ha gustado caminar por las montañas. Hace ya 20 años… cosa que se ha ido reflejando en mis rutas, siendo ahora más cortas, pero no exentas de gran belleza.

Lo dicho anteriormente ha ocurrido en la ruta de hoy, es decir, va a ser corta, pero digna de repetir por su variedad paisajística y panorámicas a vista de pájaro.

Comencemos la caminata situándonos en la antigua escuela de Los Aceviños, construida en 1960, y convertida ahora en albergue municipal, en cuyos alrededores han hecho una zona recreativa.

Escuela y zona recreativa.

Para acceder a ella partimos de Juego de Bolas hacia La Palmita, cuya carretera debemos abandonar cuando nos encontremos una carretera a la izquierda con un cartel que indica “Los Aceviños”, seguimos por ella ignorando las pistas de tierra que nos encontremos, hasta un cruce con la pista de cemento, Hoya de Mena, que está a la izquierda, y que dejamos atrás pero muy atentos porque en la siguiente curva muy pronunciada y sin visibilidad hay unas señales de senderismo: a la izquierda está nuestro objetivo y por la derecha se continúa al caserío de Los Aceviños.

En esta zona hay un espacio donde se pueden dejar los coches y, al fondo, el sendero que baja a la pista de cemento, Hoya de Mena, la cual debemos tomar hacia la derecha.

Pista Hoya de Mena.

Estamos rodeados por la vegetación propia de la laurisilva donde los árboles adquieren mayor altura, si estamos pasando por tramos de cañadas. En las zonas más despejadas las zarzas se adueñan de todo.

Es muy agradable caminar con el fresco de la mañana y la sombra de algunos castaños (Castanea sativa) de gran porte.

Castaño (Castanea sativa).

Llegamos al final del encementado de la pista junto a una casa, convirtiéndose en pista de tierra hasta su término. Continuamos por ella hasta la intersección con la Pista del Cura, refiriéndose a Don Mario Lhermet Vallier, que hizo el intento de unir Los Aceviños con Hermigua a mitad de los años 70. Para más información sobre la labor de este querido sacerdote puedes ir a la entrada de mi blog “CircularMeriga Los Aceviños” del día 23 de mayo de 2018.

La Pista del Cura a la izquierda.

¡Bien!... Ahora debes seguir a la izquierda, que es la Pista del Cura, pues a la derecha irías a la pista Meriga- El Cedro, que, por cierto, no aparece en Google Maps pero sí en cualquier mapa de papel.

Sendero a la izquierda.

A los pocos metros nos encontramos un sendero, a la izquierda, con flechas que nos indican que estamos a 3,2 kilómetros de Hermigua y a 2,3 de la Ermita de San Juan. Aquí tenemos dos opciones seguir por la pista o ir por el sendero, nosotros decidimos esto último. Este sendero, de unos 300 metros y de suelo blanquecino, desciende entre un fayal - brezal de cumbre, desembocando de nuevo en la Pista del Cura. La cual está recién aplanada, no sé con qué finalidad…, me imagino que estarán rehabilitando alguna casa por ahí.

Sendero con suelo blanquecino.

Retomando la Pista del Cura.

Continuamos por ella, hacia la izquierda, hasta que vuelve a ser estrecha y sin aplanar llena de vegetación, ahora diferente, encontrándose el incienso canario (Artemisia canariensis o thuscula), el espinero (Rhamnus crenulata), el granadillo (Hypericum canariensis), la vinagrera o calcosa (Rumex lunaria) y otros ejemplares rupícolas.

Efecto de la erosión en la piedra y almagre. 

Cambio de vegetación.

Llegamos a un mirador, y… ¡Oh sorpresa!... El valle de Hermigua se nos mostraba en casi toda su extensión a vista de pájaro.

Es una pena que hoy hubiera calima y se viera todo borroso, y no pudiera sacar ni una foto que hiciera justicia a la realidad.

Fin de la pista y comienzo del camino descendente.

Al poco rato la pista se termina y comienza el camino descendente que nos llevará a la Ermita de San Juan, es bastante ancho y tiene barandas por los tramos más comprometidos. No es peligroso, pero sí hay que tener cuidado al caminar porque es muy pendiente. Lo han limpiado hace poco y está cuidado.

En todo momento nos acompaña la panorámica del Valle invitándonos a parar y observar.

Panorámica del valle de Hermigua.

En el recorrido nos encontramos varios ejemplares de pinos, algunos son pinos canarios y otros no, para saberlo hay que fijarse en sus hojas, si son tres acículas grandes, más de 20 centímetros, entonces es un pino canario, si no llegan a ese tamaño es del pino radiata y si sólo tiene dos y pequeñas es del pino carrasco o del pino resinero.


Este camino fue muy transitado en el pasado reciente, pues las carreteras son relativamente nuevas, la que comunica El Cedro con Los Aceviños se empezó a construir en 1966 y años más tarde la que lo comunicaría con el municipio de Agulo.

Pegada al camino, por la izquierda, se encuentra una vivienda tradicional que todavía conserva las paredes y algo del tejado, cuyos moradores disfrutaban de vistas espectaculares, pero que tenían que cargar todo a hombros o en burros. Fue muy dura la vida en esa época, no tan lejana…

Vivienda junto al camino.

Cuando estamos llegando a una cañada hay un cruce con otro camino que nos llevaría a El Corralete y a Hermigua por El Convento. Esta opción la dejamos para otro día.

A la derecha El Corralete y a la izquierda Ermita de San Juan.

Y empezamos a ver la mano del hombre, en huertas abandonadas y en las tuneras (Opuntia ficus indica) ... y aparece otra casa casi derruida del todo.

Tuneras (Opuntia ficus indica), casa derruida y sendero al fondo.

Pasamos la cañada y encontramos un tanque, a la derecha, que parece en desuso.

Tanque junto al sendero.

Bajamos el camino empedrado que nos falta para llegar a la Ermita de San Juan, la cual está construida en una atalaya desde la cual se divisa una zona bastante amplia del Valle.

Llegando a la Ermita de San Juan.

Ermita de San Juan.

Previamente hemos pasado por un merendero donde podemos descansar, aunque yo prefiero subir las escaleras y contemplar el paisaje desde la plaza.

Aquí se puede terminar la ruta porque hay una carretera asfaltada donde pueden llegar los coches. Nosotros preferimos continuar bajando por el camino vecinal, que llega a la primera carretera que debemos atravesar y continuar bajando hasta llegar a la calle Las Hoyetas. 

Bajada al lado de la farola, algo oculta.

Aquí no se ve claro por donde hay que bajar… debemos ir un poco a la derecha y bajar una escalera que parece que es particular y está bastante deteriorada, pero que comunica con la carretera general GM-1, cerca del Museo Etnográfico, éste es un edificio de dos alturas de estilo Ecléctico, construido entre 1910 y 1940.

Si tienes tiempo, te recomiendo entrar en el Museo, ya que contiene una muestra muy buena de la cultura popular de la Gomera.

Museo Etnográfico.

Damos por finalizada nuestra ruta tras caminar 5,1 kilómetros, completamente satisfechos por el buen rato que hemos pasado y planeando nuevas rutas.

CONSEJO: Lleva rodilleras si tienes problemas con las rodillas.

Deja la ruta para otro día si hay calima.

 

NOTA 1: El Museo Etnográfico abre de lunes a viernes de 10:00 a 14:00 horas y de         15:00 a 18:00 horas.  Entrada general: 2,5 euros.

NOTA 2: El volcán de la zona Cabeza de Vaca en La Palma es de tipo fisural estromboliano, pero en el día de hoy empezó a emitir lava del tipo hawaiano acelerando su avance, y a las 23:00 horas llegó a la costa, cerca de la Playa del Guirre.

BIBLIOGRAFÍA:

El barrio de Los Aceviños:

https://gomeraverde.es/art/76846/origen-y-desarrollo-del-barrio-de-los-acevinos

Hojas aciculares de los pinos:

https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/mediateca/ecoescuela/?attachment_id=5155